Person: Villaseñor Mir, H.E.
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Villaseñor Mir, H.E.
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- Calidad de la cosecha de trigo en México: ciclo otoño-invierno 2006-07(CONATRIGO, 2008) Peña, Roberto; Hernandez-Espinosa, N.; Perez Herrera, P.; Villaseñor Mir, H.E.; Gomez Valdez, M.M.; Mendoza Lozano, M.A.EI cultivo de trigo en México es importante para el desarrollo socioeconómico del país, ya que es una de las Fuentes más importantes de nutrientes en la dieta del mexicano, sobre todo para las poblaciones rurales y urbanas de escasos recursos, y porque tanto su cultivo como su procesamiento y su consumo generan una importante derrama económica y un gran número de empleos en varios sectores y actividades de la cadena del Sistema Producto Trigo. Desafortunadamente, en México la producción de trigo comenzó a disminuir gradual mente desde finales de la década de 1990, a tal punto que en la actualidad la industria molinera tiene que importar más del 50% (más de 3 millones de toneladas) del trigo harinero que consume. Esta es una situación preocupante, ya que ha mermado la disponibilidad de trigo (y otros cereales) y su precio en el mercado internacional sigue elevándose, sobre todo debido a la mayor demanda de granos básicos por parte de países en pleno desarrollo (como la India y China); incrementos en la producción de maíz para la producción de biocombustibles en EEUU; incrementos en el precio de los insumos del agro (energéticos, fertilizantes y otros); y cambios climáticos (más calor y menos agua, entre otros). En conjunto, estos factores han afectado negativamente la producción de cereales y la reserva mundial de los mismos. La problemática del abasto de productos básicos representa una gran amenaza para la seguridad alimentaria de varios países. Dado lo anterior, es fundamental que en México se impulse la producción de este cereal, teniendo en cuenta que la economía de mercado exige que las cosechas nacionales de trigo satisfagan al mismo tiempo las necesidades de rentabilidad del productor y de calidad en el mercado. En México podría producirse trigo en cantidades suficientes para satisfacer la demanda nacional, si en la actualidad fuera posible sembrar la misma superficie de 1.2 millones de hectáreas que en 1985 produjo 5.9 millones de toneladas (Villasenor, 2000). Sin embargo, para establecer una producción rentable, competitiva y sostenible, deben cultivarse variedades que expresen su mejor potencial genético de rendimiento, resistencia a enfermedades y calidad, bajo las condiciones climatológicas y las practicas agronómicas para las cuales fueron desarrolladas. Es importante señalar que tanto la productividad (toneladas/hectárea) como la calidad industrial (de procesamiento) de una variad de trigo son controladas principalmente por sus propias características genéticas, pero en parte afectadas positiva o negativamente por los factores agronómicos (disponibilidad de nutrientes en el suelo, fertilización nitrogenada, fechas de siembra, control de plagas y enfermedades) y por las condiciones climatológicas que prevalecen durante el ciclo de cultivo (temperatura ambiental, fotoperiodo [horas de luz natural] y disponibilidad de agua). Considerando los factores propios y extremos del cultivo, el CIMMYT y el INIFAP han trabajado conjuntamente en el desarrollo de la mayoría de las variedades que se siembran en México. En teoría, la mayoría de las variedades de trigo harinero-duro que hoy día se siembran en México deberían cumplir con los estándares de calidad que exige la industria. Sin embargo, el escenario es muy distinto: en el noroeste se cultiva muy poco trigo harinero-duro, en tanto que en el centro y el altiplano se siembran variedades obsoletas, principal mente de trigo harinero-suave no panificable bajo condiciones agronómicas inadecuadas. A esta situación han contribuido en particular el significativo incremento de los costos de producción (combustible, fertilizante, pesticidas) y el marcado desinterés en años recientes de la industria por consumir trigo harinero-duro nacional.
Publication - Calidad de la cosecha de trigo en México: ciclo primavera-verano 2006(CONASIST, 2008) Peña, Roberto; Perez Herrera, P.; Villaseñor Mir, H.E.; Gomez Valdez, M.M.; Mendoza Lozano, M.A.Después del maíz y el frijol, el trigo es una de las tres fuentes mas importantes de nutrientes de bajo costa en la dieta del mexicano, sobre todo para las poblaciones rurales y urbanas de escasos recursos. Además, tanto el cultivo de trigo como su procesamiento y consumo, generan una importante derrama económica y un gran número de empleos en varios sectores y actividades de la cadena del Sistema Producto Trigo. Es por esto que el trigo como producto básico y su cultivo son de gran relevancia para el desarrollo socioeconómico de México. En México, el trigo harinero (Triticum aestivum L.) se utiliza en la elaboración de panes, tortillas, galletas y repostería, y el trigo cristalino (Triticum durum L.) en pastas alimenticias (espagueti, sopas secas y otros productos). La primera transformación del trigo ocurre en el molino, donde se convierte en harina (a partir de T eastivum) o sémola (harina gruesa de T durum). El molinero utiliza determinada clase de trigo, o mezcla de trigos, para producir harinas o sémolas con características deseables, dependiendo del tipo de producto que se vaya a elaborar y de las preferencias del consumidor. Puede decirse por tanto que la industria molinera es el eslabón de la cadena que permite identificar y determinar los tipos de calidad de trigo que se requieren para obtener harinas 0 sémolas de calidad aceptable en la preparación de panes, galletas, pastas u otros productos. Los criterios de calidad de harinas y sémolas para usos diversos se establecen con base en las propiedades físicas (granulometría, absorción de agua y otras), químicas (cantidad y calidad de proteína) y de procesamiento (tolerancia de la masa al sobre amasado, extensibilidad de masa, volumen de pan, pegajosidad de macarrones cocidos), las cuales se determinan principalmente en función de la composición del grana de trigo. La productividad y la calidad industrial del trigo están controladas principalmente por las características genéticas de la variedad que se cultiva. Sin embargo, estas características son parcialmente modificadas positiva o negativamente por el manejo agronómico (la disponibilidad de nutrientes en el suelo, la fertilización nitrogenada, las fechas de siembra, el control de plagas y enfermedades) y por las condiciones climatológicas que prevalecen durante el ciclo de cultivo (la temperatura ambiental, el fotoperiodo [horas de luz natural] y la disponibilidad de agua). Por ende, para establecer una producción rentable, competitiva y sostenible de trigo, es indispensable conocer el potencial genético de rendimiento y calidad que caracteriza a cada variedad, así como las condiciones climatológicas y agronómicas bajo las cuales pueda expresarse de manera óptima el potencial genético del cultivo. Las variedades de trigo que se siembran en las diferentes regiones productoras de México son el resultado de muchos años de investigación por parte del CIMMYT y el INIFAP. Dentro de los criterios de selección que estas instituciones aplican, la calidad constituye un componente muy importante, al grado de que, al no contener las características de calidad que requiere la industria harinera, muchas líneas experimentales de alto potencial de rendimiento no llegan a convertirse en variedades. Este hecho muestra que en teoría todas las variedades que se siembran en México deben cumplir con los estándares de calidad que para tal propósito se exigen. Los resultados de la determinación de la calidad de la cosecha del trigo que se produjo con riego en los ciclos O1/2004-2005 y O-1/2005-2006 indican que no se esta aprovechando adecuadamente el patrimonio genético de las variedades que se han generado, por diversas razones, entre ellas, porque se siembran mezclas de variedades con diferente calidad, no se aplica fertilización adecuada a los cultivos y se utilizan variedades que ya son obsoletas.
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